El “hada Rita” quería una tarta
de Dumbo por su santo porque, aunque ningún adulto lo entienda, es su película
favorita y disfruta mucho viéndola. Sobre todo le gusta la amistad del
elefante con el ratoncito Timoteo. Es curioso porque si le preguntas a
alguien de mi generación, te dirá que lo único que recuerda de esa película es
el sueño psicodélico que tiene Dumbo tras beber accidentalmente alcohol de un
barreño. Pero los niños solo ven a un cachorro asustado y maltratado, que
supera sus miedos e inseguridades con la ayuda de su inseparable amigo.
Después de recibir el encargo de
esta tarta, y de rever la película, empecé a imaginar como podía hacerla. En un principio
pensé en una tarta alta y cuadrada, que simulase el edificio del que obligan a
saltar a Dumbo en su actuación circense. Solo tenía que colocar la figura del
elefante arriba y pegar en uno de los laterales la falsa fachada hecha de
fondant, con las ventanas y las llamas pintadas sobre ella. La idea era
original, no había nada así el internet, pero no reflejaba la amistad que tanto
le importaba a Rita y, según mi marido, era un poco retorcido elegir un momento
de angustia del personaje para hacer una tarta infantil…mi gozo en un pozo :(
Tras darle muchas vueltas,
preferí centrarme en los personajes, modelándolos lo mas reales posibles, y
hacer una tarta mas sencilla que resaltase las figuras. Como era una tarta para
una fiesta familiar, los adultos tendrían una tarta de decoración mas clásica y
Rita tendría sus figuras de azúcar.
Lo primero que hice fue sentarme delante
de la caratula de la película y modelar a Timoteo. Era importante empezar por
él, para hacerlo lo mas pequeño posible y modelar luego a Dumbo en relación a
ese tamaño (mas o menos). Como cuerpo recubrí de fondant una gominola tipo
“jelly belly”, que haría las delicias de quien le hincase el diente, llevándose
además una grata sorpresa. Lo modelé de píe, en postura triunfal, con la pluma
en la mano.
Una vez terminado, descubrí
porque en la única tarta que había visto en internet que tuviese al ratón, este
aparecía sentado sobre un cacahuete. Aunque la figura que hice era bastante
estable y la cola equilibraba las patas, el resultado era muy frágil y poco
compacto, y cada vez que la agarraba se le rompía algo…una tortura!!!
Modelar a Dumbo fue más sencillo
y divertido, su tamaño era más manejable. Procuré hacerlo muy parecido a la
imagen que tenía de él en el atril. Había visto algunas tartas en la red en las
que el elefante había quedado muy deformado y solo se le reconocía por el gorro
y la gola. Yo quería que el mío fuese perfecto, o todo lo que perfecto que
podía ser dada mi corta experiencia modelando azúcar. Supongo que este
perfeccionismo es poco productivo, porque al final destino muchas horas a
rehacer cosas y agregar detalles que la mayor parte de gente no nota, pero que para
mí son importantes y si necesito varios días para terminar la figura, no me
importa (por lo menos por ahora que me dedico a ésto en mis ratos libres)
Del elefante lo mas divertido fue
pintar las orejas y “maquillarlo”. Quizá me quedó un poco cabezón, pero no deja
de ser un “bebe”. Lo mas complicado fue hacer la gola y colocarla sin que se
rompiera. Lo intenté varias veces frunciendo la banda de fondant, como había
visto hacer en un video, pero fue imposible. Al final decidí utilizar la esteca
de bola para darle el vuelo como si se tratase de un pétalo de flor, y quedó
perfecto. Es curioso cómo nos enredamos en hacer cosas complicadísimas, en vez
de pararnos un minuto a pensar cómo hacerlo con los conocimientos y técnicas
que ya conocemos.
El día anterior a la entrega hice
mi famoso bizcocho “muerte por chocolate” (varias capas de ligero bizcocho de
chocolate recubiertas de ganaché) y lo dejé reposando para que se ligasen e
intensificasen los sabores. Como la tarta era muy alta (casi 15cm) decidí hacer
un agujero central en las dos capas intermedias y rellenarlo con cremosa ganaché
de chocolate blanco, de manera que cuando se cortase está desbordase como si
fuera un volcán. Sé que está mal decirlo, pero esta última ganaché me quedó
riquísima. ¡¡Mmmmmmmmm…!!
El último día le puse la
cobertura final de ganaché dándole un acabado de rallas que fascinó a Rita.
En la parte superior, simulé la arena de circo con galleta machada y le coloqué
un perímetro de bolas amarillas, que le daban un colorido contraste al
conjunto, alegrándolo y dotando de luminosidad a las figuras.
A Rita le encantó, quería comerse
la trompa de Dumbo y no pudo resistir echar la mano al rallado de ganaché para
ver cómo era. El resto de la familia quedó embelesada por el detalle de las
figuras y, sobre todo, por el rico sabor del bizcocho y el cremoso relleno de ganache de "white chocolate". La tarta fue todo un
éxito y quiero agradecer a los padres de Rita que confiasen en mí para hacerla.
Luz Ignesón
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