Mi roscón de Reyes {Guest post}

Hace cosa de un año, le “regalé” a mi mujer entre otras cosas el maravilloso blog que ahora estáis leyendo, y ahora ella me regala a mi la oportunidad de escribir un post sobre cómo hacer un buen roscón.

Si escribo esto es porque, como a muchos os habrá pasado, he estado tiempo buscando buenas recetas para hacer un roscón como Dios manda, y ninguna de ellas ha estado a la altura de mis expectativas. En todas pone siempre, “Perfecto”, “La receta ideal para hacer con tus hijos”, “Facilísimo!!!”. MENTIRA!!! Para aquellos que leáis este post, no os engañéis hacer un roscón es fácil, pero hacer un buen roscón ya no es tan sencillo.

Debo antes de nada aclarar que para mí un buen roscón no es ese que tiene diez centímetros  de alto como los de Mallorca, pero que luego necesita de litros de café o chocolate para poder zampárselo. Para mí el roscón perfecto es  el que resulta tierno y esponjoso pero a la vez consistente, con el punto justo de azahar. Dicho todo esto, os dejo la receta definitiva, obtenida tras varios años de prueba ajustando las cantidades y tiempos. No os desaniméis si los veinte primeros roscones que hacéis  son patéticos, porque el veintiuno puede ser el perfecto.

Ingredientes (rinde para 3 roscones):

• 850 g de harina de fuerza (recomendable de una buena marca)
• 200 g de azúcar
• 100 g de mantequilla fundida
• 50 g de levadura orgánica (“de panadería”)
• 200 ml de leche (entera a ser posible)
• 75 ml de agua de azahar (es muy importante la calidad de ésta)
• 75 ml de cognac
• 4 huevos
• Ralladura de una naranja
• Frutas escarchadas o almendras (al gusto)
• Una pizca de sal

Útiles:

Necesitaréis un bol grande (5-8L) y dos mas pequeños (3-4L), báscula y vaso medidor, batidora, tres bandejas de horno, rallador, y unas manos fuertes.

Preparación:

Primero: Pesad todos los ingredientes. Llenad un bol pequeño con agua tibia y separar. En el otro bol pequeño añadid 100 ml de leche tibia y deshaced la levadura con las manos hasta que esté totalmente disuelta. Entonces añadid poco a poco harina hasta que os quede una masa que no se os pegue a las manos (esto llevará unos 200 g aprox.). Haced una bola con ella y echadla en el bol con agua, veréis como se hunde.

 

  
  

 

  

  

Segundo: Si os han quedado restos de harina en el bol pequeño, añadidlo al grande y poned el resto de la harina con la ralladura de naranja.

Echad en la batidora los huevos, el azúcar, el cognac, el agua de azahar, los 100 ml de leche restante y la pizca de sal, y batid hasta que quede bien mezclado. Ahora es cuando empieza lo bueno…..

Id añadiendo poco a poco el contenido de la batidora sobre la harina de fuerza  e id mezclándolo con una mano (la otra la vais a necesitar para despegaros la masa del pelo, ojos y de las puertas de la cocina).

Ahora tenéis que añadir la masa que dejasteis en el bol con agua, que podréis comprobar que está flotando, y este es el momento en el que agradeceréis tener una mano limpia. Podéis añadirla de golpe, pero resulta mas fácil de mezclar si la vais añadiendo en trozos.

 

Cuando tengáis la autentica masa del pato Donald, esa que se pega a todo lo que toca,  es el momento de ir añadiendo poco a poco la mantequilla derretida. Con cada poquito que vayáis añadiendo de mantequilla iréis teniendo pequeños momentos de placidez e incluso llegaréis a creer que controláis la masa y no es la masa la que os controla a vosotros…….pero estáis equivocados, la masa siempre gana!.

 

  

Tras mucho, mucho…..pero que mucho menear la masa, tendréis una masa muy pegajosa, de consistencia media y con la que no podréis hacer ni bolas, ni cruces con un cuchillo ni historias de las que cuentan por internet. Solo dejadla tranquila durante unas 3 o 4 horas, tiempo que emplearéis en recuperar la compostura y limpiar los pegotes de masa de toda la cocina.

 

  

Tercero: Henchidos de satisfacción por llegar a este punto, al igual que la masa por haber empezado a “funcionar la levadura”, respirad hondo y calmado.

Engrasad las tres bandejas del horno. Untaros bien las manos con mantequilla y dejad el paquete a mano. Espachurrad y amasad la masa (que habrá duplicado o triplicado su volumen) hasta que vuelva a su tamaño original (engrasad vuestras manos cuanto sea necesario para que no se os pegue la masa, pero NUNCA añadáis mas harina).

Entonces coged un tercio aproximadamente de la masa para formar un roscón. Intentad hacer una rosca lo mas decente posible en el aire (desearéis llegado este punto tener tres manos) y dejadla en la bandeja. No os preocupéis si no queda muy bien porque en la bandeja podéis terminar de darle forma, siempre centrada y teniendo en cuenta que va a doblar su volumen. Yo personalmente prefiero aprovechar este momento para esconder la figura.

 

 

Repetid este paso con los otros dos roscones y dejadlos reposar entre cuatro y seis horas.

Cuarto, pero no menos importante: Precalentad el horno a 170º-180º. Veréis que vuestros roscones ya parecen roscones de verdad. Ahora, coged un huevo, batidlo y pintad el roscón con cuidado de no bajarlo, es decir, llegado este punto la masa levada es altamente inestable por lo que cualquier golpe o manipulación brusca de la misma, así como corrientes de aire, pueden hacer que baje súbitamente, quedándoos una maravillosa pizza con sabor a roscón.

Decoradlo con frutas escarchadas a vuestro gusto aunque si no os gusta la fruta siempre podéis poner almendra molida o dejar la fruta y luego apartarla,  aunque solo sea por el colorido.

Ahora coged un cuenco pequeño, echad un poco de azúcar y unas gotas de agua de azahar, lo justo para que el azúcar se humedezca y apelmace. Echad el azúcar por encima en pequeñas pellas entre las frutas y horneadlo unos 10-12 minutos (15 si os gustan mas oscuros).

 

  

Ahora os queda dejarle enfriar y preparar un buen chocolate!

Espero que si estáis buscando una buena receta de roscón, sea esta la que mas os guste y que, si es vuestro primer roscón, os resulte “fácil”  de seguir. En cualquier caso, tanto si no os gusta como si os sale mal, no desistáis en seguir intentándolo o en variar las proporciones hasta llegar a conseguir el roscón de vuestros sueños.

Ya solo me queda agradecer a la autora de este blog, que me haya dejado publicar este post y animarla para que siga haciendo su espectacular repostería y trabajando en esta maravilla de blog.


PD) Aquí podéis ver el vídeo-tutorial que realizó mi marido sobre esta receta, un año después de publicar este post, tras ver la gran aceptación que había tenido. Esperamos que os guste!

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