Galletas "Blancanieves se lo perdió"

Por navidades me regalaron varias láminas para decorar tartas, de la marca AC, y tenía ganas de usarlas. Teniendo en cuenta la desastrosa experiencia de la primera vez que intenté transferir patrones a una tarta (tarta de flores), esta vez decidí probar en una galleta.

Para hacerlo más emocionante, compré unos palos de cakepops y los inserté en la masa de galletas antes de hornearla. Tuve que amasarla dos veces, porque la había dejado casi igual de fina que los palos y sobresalían. 

Una vez obtuve mis “cookiepops”, que quedaron muy firmes, comencé a trabajar el fondant, para pegarlo sobre ellas. Hice dos opciones, con y sin patrón.

En el libro de decoración de tartas de Lindy Smith, había leído como hacer aguadas de color precisamente sobre una galleta cubierta de fondant, en forma de manzana. También venía como hacer esta aguada sobre superficies en relieve (el ejemplo era un zapato de encaje).

 

A pesar de que seguí sus instrucciones al dedillo, no obtuve el resultado esperado. El fondant tardó en secarse varias semanas y quedó menos brillante de lo que me hubiese gustado. Aun así, envolví las galletas individualmente en bolsitas de celofán, cerrándolas con un lazo, y las regalé a la familia. Los que la probaron me dijeron que estaba muy rica. A los que les dio pena hincarle el diente, la tienen todavía en la cocina como elemento de decoración.

 

No sé si volveré a intentar esta técnica. Lo que sí sé, es que nadie sucumbió al hechizo de la manzana quedando dormido a la espera del beso de amor verdadero.

   Luz Ignesón

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