El “amigo invisible” es un
recurso estupendo para hacerse regalos entre amigos y que todo el mundo reciba
algo especial sin arruinarse cada uno comprando regalos para todos. La verdad
es que hace años que no lo practico, pero mi hermana pequeña si y este año le
había tocado regalar a su mejor amiga.
Lo malo de tener que regalar a
alguien a quien conoces desde los tres años es que muchas veces te quedas
bloqueado y no se te ocurre nada que sea especial, que le vaya a hacer ilusión
y que a la vez entre dentro del bajo presupuesto fijado entre todos.
Por eso a mi hermana, tras ver mis muñecos de jengibre
navideños, se le ocurrió regalarle dos galletas que simbolizasen su larga amistad. Yo además pensé en personalizarlas de manera que ambas se viesen reflejadas
en el pelo, los ojos y el color de los vestidos.
Como curiosidad contaros que el
pelo está hecho metiendo una bolita de fondant en un machaca ajos, que
evidentemente solo uso para repostería. Para el pespunte del vestido utilicé un
palillo (tanto la punta como la parte trasera).
Cuando la amiga de mi hermana
recibió las galletas en seguida se reconoció y se emocionó mucho. Le ha dado
pena comerlas y las tiene guardadas en un sitio especial.
Luz Ignesón
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