Al igual que la de Yoda, esta tarta también surgió gracias
a la "tarta compañeras" que le regale a mi hermana por su cumpleaños.
La madre de Daniela no estuvo el
día que llevé al trabajo de mi hermana su tarta-regalo. Pero cuando días después
pasó por su mesa y vio el topper que se había quedado de recuerdo, le gustó muchísimo.
Entonces le hablaron de mi regalo y le enseñaron las imágenes de la tarta
completa. Y ella le preguntó a mi hermana si podía llamarme para ver si me daba
tiempo a hacerle una tarta para el segundo cumpleaños de su hija que era tres días
mas tarde.
Yo esa semana la tenía ya bastante
complicada de trabajo y además el día en cuestión era el cumpleaños de mi
suegro, por lo que no me veía del todo bien hacerle la tarta. Sin embargo me
apetecía muchísimo hacer una tarta de Peppa Pig de color rosa porque todas las
que había hecho hasta la fecha, salvo la de la nube, habían sido para niños y
evidentemente de rosa no las podía forrar (bueno con esto de la igualdad de
sexo debería poder pero no creo que a sus madres les hubiese gustado la idea).
Así que acordé con la madre de
Daniela que, para que me diese tiempo a hacerle la tarta, utilizaría unos discos
de papel de fondant que tenía ya en casa para decorar la tarta. Los había
comprado unas semanas antes en Hojas Dulces y + junto con unas obleas de Halloween
para galletas.
Para los que no lo sabéis, las
impresiones comestibles se pueden hacer en papel de oblea (el de las tartas del
supermercado), papel de azúcar y papel de fondant. Cada uno es ligeramente más grueso
que el anterior, también es más liso (con el grano más fino) y permite una mejor
definición de la imagen. Por lo que en teoría lo mejor es el papel de fondant
que de hecho es el más caro.
Sin embargo, mi experiencia con
el papel de fondant no me entusiasmó ya que así como el papel de azúcar una vez
pegado en la tarta se puede levantar con cuidado para volver a colocarlo, el de
fondant, que es menos flexible, no te da esa opción por lo que cuando quise
moverlo porque había quedado ligeramente descentrado se rompió……casi lloro de
rabia!!! Menos mal que el aprendizaje me ha enseñado a reaccionar y templar los
nervios, y pude disimularlo poniendo el nombre de la niña sobre el roto. Y lo debí
hacer muy bien porque la madre de Daniela me dijo que no se apreciaba para nada
el roto.
Terminé la decoración con un
precioso lazo azul un poco trasparente, que contrastaba con la tarta, y con unas bolitas de colores
(nonpareils) que iban a juego con las que puse para decorar los seis cupcakes
que la acompañaban. Es una pena no poder mostraros imagen de estos (con las
prisas se me olvidó hacerlas), pero para que os hagáis una idea los decoré con
buttercream del mismo rosa que la tarta (el Claret de Sugarflair) y le puse a
tres de ellos las bolitas de colores y a los otros tres unos mini discos iguales
que el que decoraba la tarta.
El conjunto quedó muy vistoso y
alegre, y la mala experiencia del papel de fondant se convirtió en una anécdota.
Luz Ignesón
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© [2013-2016] [Be brown, be sweet]
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