El santo de mi marido fue en
septiembre, justo antes de que llegase el otoño, por eso quise aprovechar y despedir
la repostería de verano con una tarta con forma de cesta de flores. Muchos
pensareis que es una estupidez, pues las flores representan la primavera, y es
verdad pero en verano también hay flores en mi jardín. De hecho el hibiscus,
una de mis favoritas, solo florece en la estación del sol y los rosales dan
flor hasta bien entrado el otoño.
Otro motivo por el que decidí
hacer este diseño de tarta es que estaba deseando practicar con la manga
pastelera. Desde que hice el segundo curso de Wilton en junio no había
vuelto a hacer nada con ella y “tenía mono”. Además cuando nos enseñaron a
hacer la cesta, a mí me tocó practicar con la boquilla de estrella (la 16), en
vez de con la especial para esta textura (la 47) y me quedé con ganas de probar
con esta última.
En vez de hacer una buttercream
para recubrir la tarta preferí usar ganaché de chocolate, que en mi familia
gusta mucho más. Quizá estaba demasiado blanda para trabajar cómodamente con
ella porque hacía calor, pero me sorprendió el resultado y seguramente repita la
experiencia.
Para decorar la tarta quería
haber aprovechado que estaba con la manga pastelera para hacer pequeñas
rosas de glasa, pero no conseguí la consistencia adecuada y, al ver que me
estaban quedando deformadas y que se me agotaba el tiempo, decidí hacerlas de fondant.
Las flores pequeñas las hice con estos moldes de "Sugar Art" que son muy
rápidos y cómodos y quedan muy bien. Tengo todos y, salvo la margarita y la
mariposa que no acaban de convencerme, me parecen unos moldes indispensables,
sobre todo si os gusta decorar cupcakes. Las rosas y la anemona están hechas a
mano y las tenía guardadas para una emergencia. También hice unos pequeños
capullos de flor con fondant con sabor a pera.
He de reconocer que la tarta no
quedó muy rica. Como era para la familia aproveché para experimentar y no salió
como yo esperaba, aunque todos fueron muy amables y dijeron que estaba estupenda.
La combinación de sabores resultó muy empalagosa ya que intercalé bizcocho de
limón con coulis de mora con crema pastelera, todo recubierto de ganaché de
chocolate….una bomba!!!
Aun así la tarta quedó preciosa y
aprendí una valiosa lección: nunca mezclar dos cosas excesivamente dulces en un
mismo postre.
Luz Ignesón
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© [2013-2014] [Be brown, be sweet]
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Me parece genial la tarta y las flore son una pasada
ResponderEliminarMe encanta la rosa blanca, es preciosa!!!
ResponderEliminarHe de decir como homenajeado, que la tarta fue francamente deliciosa, y no por que la hiciese mi mujer, que no dudo en meterme con ella en cuanto hace algo mal, sino por que le quedó muy jugosa y la ganache le quedó deliciosa. Las flores de fondant, si bien no me entusiasma el fondant, he de reconocer que le daban un toque muy alegre y las de color verde con sabor a pera eran una pasada.
ResponderEliminarAnimo, sigue así!!!