Normalmente, después de la
vorágine de las fiestas navideñas, llega un periodo de inactividad pastelera
que suelo aprovechar para actualizar mi blog (que cada vez llevo peor) o para
probar recetas nuevas.
Sin embargo el año pasado me
sentía demasiado creativa como para hacer esas cosas y, como no tenía a quien
hacer tartas y en casa estábamos a dieta, decidí hacer lo que se llama una
tarta de muestra o falsa, es decir, una tarta cuyo interior en vez de ser de
bizcocho es de porexpan.