viernes, 3 de enero de 2014

El mejor regalo del mundo (sin exagerar)

Como os decía en el anterior post mi estupendo marido me regaló por mi 34 cumpleaños el primer curso de decoración básica de la Escuela Wilton. Así que ahí me presenté yo con mi mandilón y sin haber frito un huevo en mi vida (es un poco exagerado pero casi, casi).

El primer día me sentí como Nicole Kidman en la película de “Las mujeres perfectas”. Todas mis compañeras eran estupendas amas de casa o mamás que discutían sobre recetas de repostería y se quejaban de que sus maridos les abrían el horno antes de que estuviese hecho el pastel, provocando que estos se hundieran. Todas entendían rápidamente lo que Loleta, la instructora, decía y rápidamente conseguían hacer con la manga la figurita en cuestión, mientras que a mí siempre tenían que venir a ayudarme. Todas estaban divinas de la muerte manchadas de buttercream mientras yo parecía el monstruo de las galletas después de una comilona.



Aun así no me desanimé y mantuve la ilusión gracias a las caras de asombro que ponían mi marido y su familia cada vez que llegaba a casa con una de mis “creaciones”. Puede que fuesen las mas feas de la clase pero fuera de contexto estaban muy chulas.


Por ejemplo esta es mi primera tarta con manga y buttercream. Usando piping gel (si nunca lo habías oído es un nombre muy divertido) calcas en la tarta un patrón previamente dibujado en un acetato (de los de cocina, no los de las papelería). De esta forma tienes el dibujo sobre la tarta y puedes empezar a delinear la figura. Luego se rellena todo con estrellitas usando la boquilla 18 de Wilton. Es importante acordarse de que el dibujo se calca al revés, es decir, por el lado contrario del acetato.

Como veis la tarta no quedó perfecta pero si divertida y a mi marido le encantó. Lo mas complicado fue recubrir la tarta con buttercream, de manera que quedase uniforme, antes de empezar a calcar el dibujo. En cuanto consigues que un lado quede recto se descoloca el otro. Si además el bizcocho lo has desmoldado mal, como me paso en esa ocasión, y está lleno de agujeros se empieza a mezclar la miga con la crema y queda feísimo. Al final tiene solución, echar más buttercrem, pero la tarta acaba quedando con una capa base muy gorda y pesada.

   Luz Ignesón


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