viernes, 31 de octubre de 2014

Halloween: Mis primeros Cakepops

Hoy es Halloween y, aunque yo no lo celebro, es divertido hacer repostería con ese tema. Sinceramente siempre me dió bastante rabia que una "fiesta extranjera" se haya impuesto a nuestro tradicional día de difuntos, pero no soy quien como para prohibir a los demás celebrarla. Además las raíces celtas de esta fiesta son mas antiguas que nuestra tradición católica y, merchandising a parte, seguro que nuestros antepasados también celebraban la víspera de todos los santos.


Y por si fuera poco a los niños les encanta y este día rondan las calles acompañados de sus padres con sus cestitas de caramelos. ¡Es como ver la secuencia de E.T en primera persona!. Ellos no saben si es tradición o no, solo ven los colores y las gominolas.


 

Si os digo la verdad, lo que peor llevo de ese día no es que la gente lo celebre, sino que miles de “niñatos” toquen el timbre de casa para exigir dinero (lo de los caramelos solo lo hacen los mas pequeños) y tiren huevos a la puerta si tardas mucho en abrir.

Pero lo dicho, nada mejor que las modas para tener una excusa para hacer repostería temática y ésta además es muy llamativa. Me encanta la paleta de colores que tiene (naranja, verde, morado, blanco y negro) y el juego que dan sus formas.

 

Aprovechando todo esto, esta semana en clase nos han enseñado a hacer cakepops y a decorarlos. Nunca los había hecho, ni siquiera los había probado y me ha encantado la experiencia. No solo son sencillos de hacer sino que además están riquísimos!!!!


Cakepops boca arriba (bruja y fantasma)

Para aquellos neófitos, como yo, en este tema os explico que un cakepop no es más que una bola de bizcocho desmenuzado mezclado con ganaché, dulce leche, o buttercream, pinchado en un palo y recubierto de chocolate de colores. Luego puedes decorarlo con fondant o con buttercream e incluso conjuntarlo con una tarta o varios cupcakes y hacer una mesa dulce (evidentemente utilizando mas de un cakepop).


Cakepops boca abajo (calabaza y araña)

Todo esto se hace un poco a ojo ya que dependiendo de la calidez de tus manos necesitarás añadirle mas o menos ganaché al bizcocho para conseguir hacer una pelota redonda y compacta. Lo importante es no amasarla mucho para que no se desmigaje, o dicho de manera mas mundana "cuanto menos de sobe la masa mejor". Luego mojamos el palo en chocolate derretido y lo pinchamos hasta la mitad de la bola, procurando que quede lo mas vertical posible. Tras dejarlo reposar en la nevera unos minutos para que endurezca, lo introducimos solo una vez en chocolate fundido dándole el recubrimiento final. Esto es mas complicado de lo que parece ya que hay que intentar que no queden churretes girando y escurriendo el cakepop según haga falta.

 

Os dejo un enlace a un video tutorial de Veena,  de "Art of cakes", donde explica cómo hacer un gorro de bruja muy similar al que hicimos en la escuela para decorar uno de los cakepops, por si queréis probar. Para el pelo solo hay que dejar tiras de fondant secando enrolladas sobre un palillo.

Los míos son los cuatro de la derecha

Aunque para hacer este dulce hay que pringarse bastante las manos, ha sido divertido y esto deseando volver a hacerlos….y a comerlos (ñam, ñam)


   Luz Ignesón


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