lunes, 3 de marzo de 2014

Hombrecitos de genjibre para colgar

Yo soy el tipo de persona a la que le encanta la navidad, sobre todo el poder decorar la casa por un mes de manera especial y diferente. Además en mi casa cada adorno tiene una historia que contar ya que muchos de ellos los hemos traído de los diferentes viajes que hemos hecho (Rusia, Austria…), otros pertenecen a grandes hitos de nuestra vida (la compra de la casa, el accidente de tráfico…) y unos pocos pertenecen a acontecimientos no demasiado relevantes pero si divertidos…o no, como ese pobre muñeco al que el gato se empeña en destruir un año tras otro.


En definitiva, nos gusta tanto la decoración y tenemos tantos adornos que al final tardamos tres fines de semana en tenerlo todo colocado. Por eso solemos empezar a montarlo todo los últimos días de noviembre, aprovechando que hay que sacar el calendario de adviento para rellenarlo.

Os cuento todo este rollo porque el espíritu navideño llega a mi casa a finales de otoño ya que, aunque me pese, gran parte de diciembre no es invierno (hecho que descubrí con consternación bien mayorcita ya que siempre creí  haber nacido en invierno)

El caso es que, como no soy la única a la que le gusta preparar estas cosas con tiempo, a mediados de noviembre mis suegros me pidieron que hiciese unos “hombrecitos de jengibre” de galleta para decorar su árbol de navidad.


Por esas fechas acababa de encontrar “el rincón de Bea”, estupenda web de repostería a la que estoy irremediablemente enganchada, que me ayudó mucho a solucionar los problemas galletiles de mis primeros intentos. Así que, ajustando los tiempos de mi receta original, hornee varios hombrecitos de diferentes tamaños y los decoré con fondant.


Para caracterizarlos empecé inspirándome en imágenes que encontré en internet para acabar personalizándolos usando la imaginación (mucho mas divertido!!)

Traté de hacerlos todos diferentes, únicos y de distintos colores para  que resaltasen con el verde del árbol. Unos felices, otros tristes, enfadados, asustados, audaces…

siento que la imagen sea tan mala....las prisas

Por último les di un baño de purpurina para que brillasen un poco (esto ahora sé que no lo hice bien ya que mezclé la purpurina con agua para aplicarla a modo de pintura, cuando debería haberla añadido directamente en polvo, como si estuviese maquillando la galleta)

Mis suegros me dejaron hacer un par de fotos de cómo les habían quedado los hombrecitos en el árbol así que las cuelgo para que podáis verlas.

      

Como anécdota supongo que no les importará que os cuente que tuvieron que subir el hombrecito color chocolate y cara de susto porque a su perro le gustaba tanto el olor de la galleta que se pasaba el día pegado a ella y tenían miedo que se la comiese.  

   Luz Ignesón


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1 comentario:

  1. Me encanta la idea, creo que el año que viene te voy a encargar unos para mi arbol de navidad ¡Han quedado estupendos y muy divertidos!

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